sábado, 24 de mayo de 2008

Un nuevo tripulante







Vino como a eso de las 9:30 a.m. En medio de tanta lluvia, los cielos se abrieron para que descendiera. Fue un aterrizaje fozoso para la desdichada cigüeña, pero a la hora de la hora todo salió bien.

Cuando la puerta se abrió y lo vimos la primera de tantas veces que lo veremos, nadie pudo contener el llanto. Papá, era como tenerte de vuelta, después de tanto tiempo. Otra vez, la misma barbilla, la misma boca, la misma nariz, la forma de la cara.

El niño es un milagro, todos lo sabemos. Mi papá se manifestó en sus rasgos, en su expresión para recordarnos, que aunque desde lejos, él también estaba presente.

domingo, 18 de mayo de 2008

Los viajes de Yolanda


"Yo sigo yéndome,viajando, descubriendo las islas de la agonía propia y los montes de la estupidez ajena. Pero de todo se halla en los viajes. Hay momentos de angustia y terrores de muerte, instantes de gloria y amaneceres tan blancos, tan claros, que casi parecen ese eterno y por siempre deseado "amanecer" en singular que todos esperamos. ¿Es esto estar por las derrotas, o estar por las glorias? No lo sé".

"Sí, no hay dignidad sin conciencia y la suprema conciencia está en asumir con pleno conocimento de causa las responsabilidades que da la vida al enrolar a un ser en su corriente, sea hombre o sea mujer …".


Yolanda Oreamuno

lunes, 12 de mayo de 2008

El Aeropuerto II


My broken heart runs through the open door and finally
the end of all I once believed was sure


Ha pasado ya algún tiempo. Otra sala de espera, otro avión, el mismo destino. Esta carta pudo haber llevado tu nombre, tu dirección, pero en nuestro caso no vale ni la canción y cabe la duda de si es verdad que la costumbre es más fuerte que el amor. Creo que nuestra historia no incluye esta pista como parte del soundtrack, para mí nada fue costumbre, todo fue un constante descubrir: descubrirte, descubrirme. Pero todo se acaba y lo nuestro es ahora un pasado conjugado en inmediato y que en algunas cosas no quiere concluir.

Escribir cartas sin destinatario… qué irónico … y yo que pensaba que con hacerlo una sola vez conjuraba a la soledad. Una vez más dejo el país sin tener una verdadera razón para regresar. ¿Será acaso México, esa tierra para mi tan querida pero tan llena de conflictos propios, mi fuerza renovadora, mi punto de quiebre, mi “concluir la novela” para empezar otra?

Los últimos días, las últimas noticias y las mismas de siempre, el ruído de tantas voces que nos acompañaron y también nos dañaron, las buenas y las malas intenciones… todo parece señalar que alguien decidió construir una autopista entre tu vida y la mía… ¿o será acaso un aeropuerto?

Todo parece indicar que no habrá más viajes juntos, más despedidas, ni más compañía. El ambiente encapsulado de un avión, o quizás la altura siempre tienden la cama para mi ambiente más propicio para reflexionar, pero en este caso cada día estás más distante y el tiempo pasado crea años de distancia entre nosotros.

Yo tenía tantas cosas que decirte, pero en un momento preferí callar. Los sentimientos nunca pueden revocar una sentencia unilateral, así que los míos no tienen otra opción más que cambiar … y seguir, sabiéndome solo, desolado, dueño de una historia en singular pero con alguna razón nueva que encontrar casualmente para seguir.

Nunca pudiste entender lo que te quería, porque no sabía quererte en el lenguaje de la apariencia perfecta y complaciente de quienes parecen enseñarte, tan sólida como la cáscara de huevo que ya ha sido abierto.

Yo no quiero, no puedo y mucho menos debo reclamarte. Ahora solo puedo darte mi consejo, el que siempre te dí y nunca pudiste escuchar: cuídate de tantas sonrisas, que los antifaces no te deslumbren, descubre las caras y mira fijamente a los ojos. Sabrás entonces quien verdaderamente te quiere. Nunca olvides quien fuiste y combínalo con quien sos hoy… hallarás ahí la mejor persona que podrás ser y recuerda que alguien te quiso mucho y por lo tanto que te quiso comprende perfectamente por qué no le supiste querer.

Sin despedidas, sin nombres … así es mejor irse.

YO