viernes, 11 de enero de 2008

Año nuevo: sin itinerario definido




Empezar un año es como acumular millas para visitar nuevos destinos. En estos primeros días del año que recién comienza muchos quizás no hemos definido nuestro plan de viaje, pero sí estamos claros en que o queremos ir a nuevos contextos geográficos, emocionales, profesionales, o bien, como dice la Chavela “volver a los viejos sitios donde (uno) amó la vida”.

Nuestro primer boarding pass del 2008 está en blanco. Es nuestro deber, guiados por nuestros deseos, escribir ahí nuestros nuevos destinos en la vida. Para aquellos que perdieron a algún ser querido, visítenlo en los viajes de su memoria, pensamientos, viajando en el concorde de los sueños, el único que no lograron eliminar, con el cual se llega más pronto a cualquier dimensión. Y no olviden que el mejor remedio para superar una pena como esta es compartirla con quienes ya hemos pasado por algo similar.


Para quienes terminaron el año con miedo y sus coletazos aún les alcanzan en este nuevo año, piensen que el mayor miedo es que originamos nosotros mismos, el que sentimos adentro de nuestros cuerpos y cabezas. Usen pues, una visualización creativa optimista para vencerlo y tengan presente que el mayor enemigo nuestro siempre vive dentro de nosotros mismos.


Las penas de amor siempre se superan, no importa cuán imposible esto nos parezca. Como marineros, otro destino en nuestra vida traerá un nuevo amor si sabemos enrumbarnos. Como el miedo, el amor y la capacidad de amar nace de uno mismo, irradia y es captada por quienes andan al asecho del amor.



Aquellos a los que les pegaron una traición, de amigo, de trabajo, de familia, de lo que sea, para vivir es necesario comprender que quienes nos traicionan lo hacen porque nos envidian algo, eso es infalible, como una ley natural del ser humano. Como el closet, como correr un antivirus, es indispensable estar siempre limpiando, escaneando la lista de personas que nos rodean, para bien y para mal, así logramos saber quienes verdaderamente nos quieren y hasta sorpresas como descubrir que aquel que hace menos ruido es quien más no ayuda y nos quiere, así es.


Es raro tomar un avión completamente solo, en la mayoría de los casos siempre hay muchas personas que ocupan otros asientos. En la vida ocurre igual, sepamos conversar con los demás, entenderlos y atenderlos. Así descubriremos que nuestra pena ya ha sido vivida y probablemente superada por otros. Si no, es mejor dejar en recuerdo una pena cuando se trabaja en ella junto a otro que también intenta sobrepasarla, otro pasajero del mismo vuelo.


El tiquete está en blanco, son ustedes quienes deciden hacia dónde quieren ir y a quienes quieren por compañeros de viaje. Intenten llevar poco equipaje porque así se llenará de todo lo que los demás les ofrecerán. Que nuestra memoria del 2008 termine siendo como la sala de esas gentes que traen un souvenir de cada viaje: al final del año se darán cuenta cuántos recuerdos guardan de tantas personas que han incorporado a su vida.

Bienvenidos a bordo, que disfruten de sus travesías y recuerden que, como dijo en una carta mi amiga Yolanda, “de todo se aprende en los viajes”. Espero acompañarlos en muchos de sus vuelos y en cada destino poder darles ese abrazo que todos siempre necesitamos, un abrazo de humanidad.

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