Comimos una y tres veces. Aunque el apetito de ambos estaba saciado cada vez queríamos más. Víctimas de esta gula tan deliciosa dejamos de lado al tiempo: solo queríamos probarnos una y otra vez.
Tal vez el encanto radica en lo casual, tal vez fue un mal recuerdo de hace poco que lograste cambiar en algo mágico, tal vez fue mi ansiedad o mi locura … no importa. En la vida hay que identificar lo importante y eso fue nuestra ambrosía: el soma que probamos en un intercambio de deseo.
Podés estar mañana, el día siguiente o bien nunca más: te estaré agradecido. No importa, el tiempo siempre suena la armónica que no todos escuchan. Yo quiero estar ahí y aquí, bailando siempre mientras Omara canta, atendiendo al ritmo que Alicia Alonso marque y para no olvidar ni nuestra Costa Rica ni nuestros minutos de gloria, hago mías para ese instante en el eterno que pasamos juntos las palabras de mi amiga Eunice Odio: “alguien pasa rozándome las venas … y se abre el surco entre la flor y el labio".
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