sábado, 27 de junio de 2009

El "trip" de Marta Fonseca


Noche de viernes.  Gracias por la compañía.  Ella es una de mis más recientes obsesiones artísticas.  Jazz Café de San Pedro, diez de la noche.  Sube al escenario y de inmediato el ambiente se electriza con su voz.

Yo espero con el más fanático de los presentes a que cante Como Quisiera, un regalazo de canción de su álbum como solista. “Como quisiera escapar de mi…y ver todo desde ahí”.  La letra hace referencia a cuando todo ser humano se hastía y desea salir de su propio cuerpo para ver la vida a como la ve Dios, desde donde esté. La canta y mis sentidos se fusionan con su voz, con ella.

Por dos horas y con una excelente banda, Marta Fonseca da todo por dosis, canción por canción.  Un artista nunca puede imaginar lo gratificante que es expiar cansancios, estrés, tristezas, dudas…en fin, la vida misma a través de su arte.  Sin saberlo, Marta me acompañó, me arrulló con sus canciones durante una nefasta y reciente depresión (la primera de mi vida), haciendo mi pena más leve, más soportable.

Lo mejor – y se lo dije-, ella tiene algo que solo lo había visto antes en la maravillosa Julita Cortés y es que al final de cada pieza, al dar las gracias sonríen como niñas, incluso pareciera que se “chillan”.  Aún existe la magia en algunos seres humanos.

La explosiva belleza de la voz de Marta se complementa con su también explosiva belleza física y si a esto le agregamos su simpatía entonces escucharla es un absoluto deleite. Ni hablar de lo que significa conocerla.

Los artistas hacen la vida más soportable, más agradable.  Creo que de hecho son los que sostienen al mundo.  Gracias, Marta, por sostener con tu voz este querido pedacito de planeta del que todos nos sentimos orgullosos de ser parte. Gracias por ser nuestra.

1 comentario:

Unknown dijo...

Como en repetidas ocasiones desde tu "Vuelo de los abejones" he pasado por ahí para ver si te encontraba. Hoy ví la puerta entreabierta y me asomé: aún fresco el rastro de tu paso por el Jazz Café.

Hay seres iluminados que nos sirven de conducto para alcanzar un poquito de ese "lugar de experiencias de unión con todo y con todos", como tu Marta Fonseca... O mi Midori Goto en su sublime entrega del concierto en Re menor de Tschaikovsky.... y tantos otros y otras