lunes, 26 de enero de 2009

Equipaje extraviado



Vengo a hacer un reclamo.  En este último viaje perdí mi equipaje, o me lo robaron. 

¿Qué describa cómo es la maleta?  Bueno, es de cuero, de piel muy curtida por los años de vuelo. Algunas esquinas están ya rotas, de tanto andar.  El color últimamente era negruzco, pero originalmente era claro y con brillo.  El material de que está hecha era muy suave, pero el tiempo lo fue endureciendo.

¿Tenía algún nombre, seña o dirección?  Sí, claro.  El caso es que ya la dirección no corresponde y el nombre que tenía no es el mío.  Usted verá, era una maleta compartida y el nombre era –según yo creía-, como una especie de extensión del mío. Mejor dejemos de lado las señas, por aquello de la nostalgia.

 ¿Descripción de contenidos?  Bueno, tal vez con esto sí se pueda localizar.  Adentro llevaba una bolsa de compromisos, bien usados, eso sí, porque en ellos creía y por ende los utilizaba diariamente. 

También iba un libro de días, que cubría un periodo de unos tres años.  Narra historias de todo tipo, por aquello que decidan hojearlo, pero sobre todo muchas de solidaridad, compañía, afecto –que intentaba mostrar aunque no fuese bien entendido- y un gran número de ilusiones –sí, así de cursi-, que esas sí están nuevas, listas para usar porque nunca se dio la ocasión para estrenarlas.

Creo que eso es todo lo relevante que puedo decir para intentar recuperar mi equipaje perdido.  Ese órgano con el que la gente dice querer, que a mi se me hace más como un músculo, no iba en la maleta.  Fíjese que lo saqué en el último momento porque se había fracturado y yo personalmente lo iba a remendar.  Ahora el trabajo es muy difícil, porque se va como secando.

Los amigos siempre los llevo en el equipaje de mano.  Es que son una necesidad constante y urgente y con ellos he podido vestirme todos estos días.  Ellos son como el libro favorito que uno siempre está leyendo y gracias a su apoyo puedo plantarme ahora a hacer este reclamo.

Ayúdeme, por favor.  Tengo tantas pertenencias valiosas dentro de mi equipaje que aunque sé que no regresará intacto, espero fervientemente encontrarlo.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ídem, la sacaste del estadio... Creo que es lo mejor que he leído de vos. El estilo está refinadísimo, y el sentimiento queda desnudo con la metáfora del viaje. Tal vez no soy muy objetivo, por razones que vos y yo sabemos, pero me llegó al alma.

Alfredo.

Doctor Esperanto dijo...

Lord Byron -o simplemente idem-:

La sorpresa de que este lector anónimo me escriba es halagadora en exceso.
Esto salió tras despertar, por primera vez en mi vida, llorando. Creo que se escapó de mi alma y tuve tiempo y memoria para plasmarlo. Aunque la letra es blanca, está escrito con sangre, te lo aseguro.
Sin embargo es solo un intento más de conciliación conmigo mismo, solo un pulso con mi alma.

Doctor Polidori

Doctor Esperanto dijo...

Lord Byron -o simplemente idem-:

La sorpresa de que este lector anónimo me escriba es halagadora en exceso.
Esto salió tras despertar, por primera vez en mi vida, llorando. Creo que se escapó de mi alma y tuve tiempo y memoria para plasmarlo. Aunque la letra es blanca, está escrito con sangre, te lo aseguro.
Sin embargo es solo un intento más de conciliación conmigo mismo, solo un pulso con mi alma.

Doctor Polidori