jueves, 10 de diciembre de 2009
El primer político
miércoles, 2 de diciembre de 2009
Los viajes gratuitos del View Master
A veces me doy cuenta de que invierto mucho tiempo pensando en mi pasado y poco en mi presente. Ahora, en el futuro...
El aparato rojo...muchos teníamos uno y funcionaba colocando los discos dentro de una abertura. De ahí en adelante todo lo que fuese imposible se hacía realidad. Era un caleidoscopio mágico, calma-mocosos-en-viajes-largos (o sea, yo), en citas de doctor, en fin...en toda ocasión.
Recuerdo que me fascinaba coleccionar los discos de destinos. ¿Quién dice que la realidad virtual vino con las computadoras? ¡Si el View Master era precisamente eso! Yo visité tantos lugares: Egipto, Mónaco, Sur América...Grecia, desde el momento en que pude trasladarme a la Acrópolis (en trecera dimensión era el disco, por cierto) decidí que algún día comería un poco de su tierra, en honor a la cultura que más admiro...y así lo hice, muchos años después.
Siempre quise que hicieran unos discos de View Master de Olivia Newton-John o de Sheena Easton, siempre desee tener unos de Mary Poppins. Me encantaba colarme en el mundo de Alicia en el País de las Maravillas a través de mi aparato. Mi trabajo ideal hubiese sido de Ejecutivo Diseñador de View Masters.
El domingo, ventaneando con parte de mi familia, mi hermana y yo quedamos extasiados al encontrar una nueva versión de View Masters en venta. Mi sobrino, extrañado ante tanta pompa, preguntó y le contamos sobre todos los buenos ratos que este aparato nos dio.
Para él probablemente no significa nada ver fotos en un aparato tal vez ahora irrelevante. Con tanta tecnología y tantos juegos de vídeo ha de pasar inadvertido. Pero para mí es un regresar a momentos muy felices y un jalón de orejas en dos sentidos: el primero, nada es obsoleto si se mantiene con persistencia -como el aparato, encontrado en la tienda- y segundo, todos los sueños que veía proyectados en los dos orificios del aparato aún pueden cumplirse...total, si el View Master discretamente ha sabido ser perseverante..¿Por qué no iba a serlo yo también?
miércoles, 25 de noviembre de 2009
Cinco años
domingo, 25 de octubre de 2009
El tiempo viaja
¿Viajamos en el tiempo durante nuestra vida o es el tiempo el que viaja a través nuestro? A fin de cuentas él pasa y las personas se convierten en fantasmas, personajes u olvido y quedan sus obras, sus acciones en el tiempo…tal vez de algunos no queda nada.
Viejas fotos nos muestran como pasa el tiempo. Ya no soy más el niño vestido de momia para un Halloween, que pasó la vergüenza de quedar prácticamente desnudo en plena calle, pues la moverse las gazas que formaban su atuendo, aunque, en gran forma, vuelvo a serlo cada vez que recuerdo tan lamentable entonces pero gracioso ahora acontecimiento. Imposible, no volveré a serlo.
Tampoco soy ese chiquillo que cuando jugaban todos a super héroes aparecía disfrazado de Drácula pensando que el colmilludo eterno también podría ser parte de la legión del bien. A edad temprana cuesta dilucidar entre el bien o el mal, solo nos movemos por lo que nos atrae. Ojalá y lográramos conservar un poco de esa fascinación que aplacan los años.
El tiempo es el viajero que carga más equipaje consigo. Mientras él guarda todo, nosotros solo mantenemos un cúmulo de recuerdos y si la memoria nos da el privilegio podemos contar con un disco duro externo que nos permite rescatar, de vez en cuando, una que otra anécdota.
“Como el tiempo pasa, envejeciendo todo”, dice una hermosa y triste canción; y yo pienso “todo lo cambia el tiempo”. Los amores, las pasiones, las tristezas, lo que somos, lo que hemos sido y lo que seremos. Cuántos amores besaron mi boca jurando ese amor indisoluble, cuántos elogios, piropos y promesas se quedaron en la aduana de las emociones pasadas, sin ser nunca más reclamados.
Cuántas personas ha dicho lo maravilloso que puedo ser, lo indispensable, ya no solo como amores sino también como amigos. ¿A dónde se han ido? ¿Cómo serán las vidas de aquellos que me confiaban hasta el más íntimo de sus secretos? ¿Quiénes pondrán sus cabezas sobre las camas que fueron mías, tronos que coronaban la devoción que sentía por el objeto amado? ¿Quién se sienta en las sillas que fueron mías, quién besa aquellas bocas con contratos de dedicación exclusiva a mi pasado?
Tal vez todo se resume en una corta, contundente y definitoria frase que una vez me dijo una amiga a propósito de los amores, los furores, los ardores y las pasiones: “Tanto esfuerzo, tanta locura por un simple calambre”. Sí, el amor es un calambre que puede durar poco o mucho, pero que siempre cuenta un final. Yo ya he contado muchos…quién sabe cuántos más he de contar.
miércoles, 9 de septiembre de 2009
El viaje eterno del niño
domingo, 30 de agosto de 2009
40
Gracias Dios, por todo lo dado en mis años de vida: desde las Advil hasta las pastillas de violeta, desde Grace Kelly hasta Sor María Romero, desde quien rompío en mil pedazos mi columna hasta quien la repara con paciencia y afecto...Desde la madre que me parió hasta todas las sustitutas que me han amado.
Como dice Carlos, por la Pepsi light, que ni siquiera ha hecho daños en mi organismo, por esa mujer peronista llamada Eva, que me enseñó, sin conocernos, que el mundo no es la Guerra de los Trapos y a amar a las personas humildes y auténticas. Gracias por las conversaciones con la Poniatowska, con Chavela, con Sergio Ramírez…Pero también por aquella mujer tan sencilla, tan bajita y tan sola en este mundo que se llama Leonor y cuyo mejor regalo para mí era cocinarme las cosas que tanto me gustaban. Quizás ella nunca sabrá que me dió una gran lección: me hizo ser consciente de la importancia de rendir tributo a quien se quiere a través de la cocina. Nunca olvidaré el abrazo más sentido el día más triste de mi vida…y fue ella quien me lo dio.
Gracias Dios por los padres que me trajeron acá. Aunque siempre me dolerá la ausencia de papa, él está cada día más cerca de mí y en cada tango anuncia su presencia. Gracias por Endora, difícil de enterder de aquí a la eternidad, pero quien de sus excentricidades e indiferencias me mostró lo mejor de la vida. Hace poco ella me demostró lo mucho que me comprendía y ese fue un gran regalo.
Gracias por mis hermanos, mis pilares. Cada uno en su mundo, todos tan distintos, pero todos tan unidos, tan solidarios. También por mis tíos y tías, por todos. Tía Betty, que supo ser madre cuando la mia no sabía serlo, tía Albita que me dió horas con la Piaf y la Streisand, por tía Teresita, que siempre ha sabido estar ahí a mi lado, ser no solo madre sino también maestra; y por tío David, quien siempre fue un poco padre y ahora que el mio no está se ha convertido en su mejor complemento. Ni hablar de los sobrinos, ellos son la luz de mi vida.
Mis amigos, vivos y muertos son mi tesoro. Yolanda y Eunice, muertas pero siempre conmigo y todos los demás que no podría mencionar por espacio. Pero todos saben que los amo y hago por ellos lo que un hermano de humanidad hace…y aún un poco más.
Los amores…algunos han dejado poco, otros mucho y algunos nada. Pero todos fueron importantes, incluso quien más me hizo sufrir me enseñó tanto de sus cualidades y defectos: desde admirar su inmensa capacidad de superación, su don de dar amor hasta su repudio a mis enfermedades, que hacia al dolor más fuerte; hasta sus malas compañías que me mostraron que mi lugar no estaba a su lado, que yo era más que la basura que ellos sustentaban y la inmundicia en que vivían y se revolcaban: la Guerra de los trapos, de nuevo. Gracias a ellos puedo decir que soy todo amor para la gente buena y todo desprecio para los superfluos, porque ser vacío nos despoja de mucha de nuestra condición de humanos.
Yo soy todo lo que agradezco…o intento serlo. Dios mediante, Dios delante y yo atrás guiado por la mano de esa monjita que logró cambiar mi vida para bien.
40 en mi mejor momento…una cabeza parece asomarse ahora a mi lado y en ella veo mi complemento. Alguien que también es lo que yo agradezco.
40…ha sido verdaderamente importante pasar por estos lares. Los he vivido a plenitud, de extremo a extremo. No sé hasta cuándo me tendrás por acá Dios, pero lo vivido lo bailado –aunque mal-, lo reído, lo llorado, lo bueno, lo malo…todo me ha ayudado a ser un humano comprometido con la humanidad…alguien que solo procura vivir agradecido y agradeciendo.
viernes, 31 de julio de 2009
Tranquilo viejo, tranquilo
Ana Laura, Tita: gracias por ser uno de mis mejores calmantes sin efectos químicos, sin ingredientes artificiales, sin ruidos aniquilantes y sobre todo gracias por darme mi mejor medicina: la pasión, que me inunda cada vez que te escucho.
miércoles, 22 de julio de 2009
Lágrimas en el país más feliz del mundo
La organización británica The New Economics Foundation, que elabora el mentado reporte, utiliza tres variables para la calsificación: esperanza de vida al nacer, nivel de satisfacción que expresan los habitantes del país y prácticas ecológicas.
En cuanto a lo viejos que nos morimos, parece que los datos son acertados -78.5 años-. Pero no se qué beneficio tendrá vivir más pero con menos cada vez: dinero, calidad, atención, afecto, esperanzas… la lista puede ser interminable, sin dejar de lado la salud.
Con referencia a la satisfacción mostrada …Bueno, debo decir, en un influenciado lenguaje al estilo de Yolanda Oreamuno, que los ticos expresamos una realidad y vivimos otra. Nos la pasamos quejando de todo pero a la hora de dar declaraciones parecemos empleados del ICT: todo es bello, perfecto y hasta incluso podríamos mentirle al turista y hacerle creer que comemos tortillas palmeadas cada día y no la plástica tortirica. Igual tendríamos la desfachatez de asegurar que aunque vivamos en un condo de lujo, conservamos las tradiciones y la mentalidad de vida en la casona de adobe.
Como pocos, vivo en el mero centro de San Jose. Como muchos, soy testigo de la cantidad creciente de niños que deambulan por las calles, la gente que pide limosna –que nombre mas elegante-, los indigentes, la droga consumida a vista y paciencia y, por supuesto, la inseguridad ciudadana. Hablando de esto último, hace dos días escuche disparos cerca de casa y me encontré con la sorpresa de un pobre crisitano baleado en el suelo, que para muchos pasaba a ser parte del paisaje, porque para colmo el “pura vida” no contempla ser solidario ni compasivo.
¿Prácticas ecológicas? ¿Cuáles? ¿Alguna vez han intentado reciclar su basura? Si es así, sabrán entonces lo que cuesta conseguir a alguien que se encargue de recogerla. Vayan a la isla de San Lucas y verán a donde van a parar los desperdicios del Valle Central o bien piensen en el tratamiento que se da a la basura tecnológica. Estos son solo unos pocos ejemplos, de nuestra conciencia ecológica gourmet.
No entiendo, seré pesimista o lo que quieran, pero las buenas noticias cuando son falsas no pueden ser agradables. ¿Por qué siempre nos hemos empeñado en mostrar un estilo de vida que no es nuestro y que no podemos pagar? ¿Es eso importante, vital o soy tan solo un comunista -dicho sea de paso, obsoleto- que no entiende por qué es vital llevar una bufanda Armani por donde se vea la marca en un país tropical como el nuestro. O por qué hacernos "sabiondos" sobre el vino y pretender hablar contundentemente, con autoridad al respecto cuando venimos de “ay pa entro” y nos criaron a punta de agua dulce.
Hay algo podrido acá y esto no es Dinamarca, sino el país que tenemos y el que pretendemos mostrar, muy diferentes por cierto: uno hecho con ingredientes autóctonos, auténticos y naturales y el otro hecho de plástico, tetas de silicona, una farándula sin talento y un gallinero de nuevos ricos que nunca entendieron que para vivir con garbo no solo se necesita el dinero, hay que prepararse sin perder lo que uno es y ha sido. Como dice el dicho: “La mujer del César no solo debe de serlo sino también mostrarlo”.
Vivimos ahora en un país desigual, muy desigual, donde hay llanto, hambre, violencia, necesidad. La gente más afectada ya empezó a reventar, porque ya no hay pan, ni quedaron galletas, pero sí muchas Maria Antonietas que se niegan a ver la realidad de la patria, que dicen amar a su país pero no hacen nada, ni siquiera pensar que esta vida es un sube y baja y que hoy están arriba pero mañana, no más mañana, podrían volver a estar abajo.
sábado, 27 de junio de 2009
El "trip" de Marta Fonseca
Noche de viernes. Gracias por la compañía. Ella es una de mis más recientes obsesiones artísticas. Jazz Café de San Pedro, diez de la noche. Sube al escenario y de inmediato el ambiente se electriza con su voz.
Yo espero con el más fanático de los presentes a que cante Como Quisiera, un regalazo de canción de su álbum como solista. “Como quisiera escapar de mi…y ver todo desde ahí”. La letra hace referencia a cuando todo ser humano se hastía y desea salir de su propio cuerpo para ver la vida a como la ve Dios, desde donde esté. La canta y mis sentidos se fusionan con su voz, con ella.
Por dos horas y con una excelente banda, Marta Fonseca da todo por dosis, canción por canción. Un artista nunca puede imaginar lo gratificante que es expiar cansancios, estrés, tristezas, dudas…en fin, la vida misma a través de su arte. Sin saberlo, Marta me acompañó, me arrulló con sus canciones durante una nefasta y reciente depresión (la primera de mi vida), haciendo mi pena más leve, más soportable.
Lo mejor – y se lo dije-, ella tiene algo que solo lo había visto antes en la maravillosa Julita Cortés y es que al final de cada pieza, al dar las gracias sonríen como niñas, incluso pareciera que se “chillan”. Aún existe la magia en algunos seres humanos.
La explosiva belleza de la voz de Marta se complementa con su también explosiva belleza física y si a esto le agregamos su simpatía entonces escucharla es un absoluto deleite. Ni hablar de lo que significa conocerla.
Los artistas hacen la vida más soportable, más agradable. Creo que de hecho son los que sostienen al mundo. Gracias, Marta, por sostener con tu voz este querido pedacito de planeta del que todos nos sentimos orgullosos de ser parte. Gracias por ser nuestra.
martes, 5 de mayo de 2009
El vuelo de los abejones
Vino mayo y con el mes los abejones empezaron a volar a mi alrededor, como vaticinando una señal de cambios. Es extraño, ellos se impulsan a volar así como así, si siquiera saber como hacerlo. Van y lo hacen, simplemente.
Y yo, yo tengo miedo de tomar ese primer impulso que durante tantos años de letargo no he tomado. Yo tengo miedo de volar, de hacerlo solo.
Tantas veces he querido volver a ser aquel niño que leía por horas, que escuchaba música todo el tiempo, que jugaba a cómo sería su vida de adulto…Casi nada ha ocurrido de aquellos planes y lo poco que ha venido se ha desvanecido entre mis buenas intenciones, siempre demasiado ilusas, inocentes y la mano de otros, que vinieron con flores y se llevaron los pétalos deshojados, dejándome solo las espinas. ¿Será que si siembro las espinas estas algun día floreceran?
Mi amigo Alfredo dice que soy una de las personas menos vengativas que conoce. Ja, eso no me causa orgullo, hoy no. A lo mejor si hubiese alguna vez, tan solo una, vengado los daños irreparables que cargo mi vida sería mas justa, mas apacible. Pero no puedo, no soy fuerte sino muy débil y ya no puedo cambiar.
Cambios me traen las lluvias, cambios de mí para mí, conmigo mismo. Debo enfrentarlos, darles la bienvenida a que ocurran, dejarlos ser, dejarme ser en ese intento que llamo vida, tan gratificante y tan frustrado como una sola gota de agua para calmar la sed. Debo tomar la gota y conformarme con lo que venga.
Los últimos años estan cargados de adioses. ¡Cómo odio los adioses! Y ellos siempre acompañan a los cambios. No me gustan las despedidas.
El otro día alguien me dijo que yo era la versión masculina del personaje de Audrey Hepburn en Breakfast at Tiffany's. No supe si tomarlo como cumplido o insulto. Resulta que ella no sabe quién es ni hacia donde va. Pero como ella, suelo ver la vida que imagino, la que creo perfecta a través de ventanas. Como ella desayuno algo light mientras veo por la ventana. Tal vez sea hora de quebrar la ventana y entrar. Tal vez este sea el momento oportuno para hacer, como Holly Gollightly, las cosas que nunca he hecho y enumerarlas, recordarlas.
Tal vez los abejones de mayo me llaman a solo tomar impulso y lanzarme a volar.
lunes, 20 de abril de 2009
Noventa
Conozco a Chavela Vargas. La encontré al perseguir una voz que me cautivaba, por acto de la casualidad o del destino, hace varios años. Al vernos cara a cara e intercambiar algunas palabras, decidimos ser amigos. Y así ha sido desde entonces.
Conozco a Isabel Vargas. Ser su amigo requiere más tiempo y más pruebas que en el caso de la cantante, pero la conocí a través de su alter ego. Con ella he pasado de todo, risas, carcajadas, penas, alegrías, emergencias y terapias, para las cuales es una maestra por su experiencia.
Conozco a ambas. Una da el alivio de no sentirse solo en este mundo a través de una unidad hilada por canciones, por lamentos, por una calidad interpretativa irrepetible.
Es mi mejor psicóloga y la suprema sacerdotisa cuando canta. La otra es un ser humano de calidades excepcionales y una sensibilidad que puede conmover hasta al más férreo enemigo.
La fusión de ambas es la mejor que he descubierto en una persona. Una sonrisa en su rostro borra cualquier amargura y un lamento de ella supera con creces el de cualquier otro compañero de humanidad. Por eso vale, porque reúne en un so
lo cuerpo todas las expresiones del mundo.
Chavela logró burlar al tiempo y a todos los que la despreciaron por ser distinta, auténtica. Ya tiene 90 años. También ha logrado demostrar algo: como la procesión, la guerra por la justicia también se lleva por dentro. Si es causa justa, como en su caso el Arte, la vida y el tiempo mismo nos recompensan y nos hacen mirar atrás, no para convertirnos en estatuas de sal, sino ver los sepulcros blanqueados y los cementerios de la intolerancia ajena.
Felices 90 Chavela.
martes, 31 de marzo de 2009
I wish you love
lunes, 9 de marzo de 2009
El valor de una vida
lunes, 2 de marzo de 2009
El "calorcito" de mi padre
lunes, 23 de febrero de 2009
Adicto a los besos con Sinatra
sábado, 21 de febrero de 2009
¿Qué es peor: la traición o la mentira?
Algunos cuestionamientos vitales surgen inesperadamente. Hablaba con mi amiga Aisling sobre nuestras bajas en el campo de batalla amoroso y en medio de nuestra usual competencia por quien tiene la palabra el flechazo me pegó. Le hice la pregunta que da título a esta entrada: ¿Qué es peor: la traición o la mentira?
Entonces, como Esteno y Euríale nos metimos de clavado de competencia en el tema. Ella hablo de lo suyo, que me lo reservo porque no me pertenece, y yo hable de lo mío, que lo expongo con el afán de incrementar la incipiente educación amorosa de que todos sufrimos. Medusa brilló por su ausencia, tal vez hubiera logrado aclarar el asunto o bien, nos hubiera dejado a ambos petrificados, como suele hacerlo.
A mi me han mentido una y mil veces. Con la mano en el corazón a la gente que amo le he mentido muy pocas veces y siempre ha sido por su propio bien, no el mio. Noble, precavido o estúpido. Pueden ponerme cualquier calificativo que gusten, porque yo mismo no sé como juzgar este comportamiento. De hecho, creo que de todos mis “amores” solo existe hasta la fecha uno que no me mintió nunca e, irreverente naturaleza humana, fue casualmente a quien menos quise.
Ya lo dije, he sido víctima de la mentira de un amor en varias oportunidades y siempre, tarde o temprano sale a flote y por más buena coartada queda al descubierto. Pero si uno intenta no vivir con la mentira ser su presa gracias a alguien duele, pero se puede superar.
Ahora, con la traición, que yo sepa, me han pagado solo una vez. No importa hace cuánto, porque yo mismo no lo se, pero para mi es como matar a un vampiro con pequeñas estacas de fósforos, lenta y gustosamente.
Extrañamente en nuestra sociedad todavía machista, la traición es un arma de doble filo. Por una parte, hay quienes apoyan a la víctima y le invitan a hacer lo que hay que hacer, lo indiscutible: terminar, cortar por lo sano. Pero por otra parte, quien traiciona, quien pone los cuernos goza de todo el reconocimiento social. Es valiente, sabe romper con lo tradicional y hasta visto como obsoleto e incluso se torna mas sexy para quienes piensan que la infidelidad es sinónimo de glamour, de un potencial sexual desbordado, de pasión.
Yo no quiero mentir, no quiero traicionar ni nunca he querido que lo hagan conmigo. El amor no solo es un asunto de cama. Es un compromiso, es un deseo de construir un plan de vida conjunto, la ambición de prolongarse en otra mirada, en otra cabeza, que ojalá duerma todas las noches junto a la nuestra.
Cuando pienso en una pareja de traicioneros juntos me pregunto: ¿Podrán recostar sus cabezas tranquilas sobre la almohada cada noche? ¿Quien podrá más? ¿Sobre qué se construye su relación? Será acaso una pugna sobre quién cuenta más infidelidades?
Cuando pienso en una pareja que construye su unión sobre cimientos de traición, sobre romperle la vida a un tercero, pienso que yo no hablo ese idioma, prefiero quedarme con mi Esperanto de lealtades y verdad.